viernes, 10 de abril de 2020

Vía Crucis en el pasillo





Como nunca viajo en estas fechas no se me ha arruinado ningún gran plan, aunque sí tenía uno, el de todos los años, disfrutar de la ciudad semivacía, salir a correr sin ver prácticamente a nadie, pasear escuchando a los pájaros con el silencio a la espalda, respirar más sano sin tanto coche atronando. Semana Santa rara de recogimiento obligado, de silencio que molesta, de calles fantasmas, de Madrid a rebosar de gente oculta en casa. Si no fuese por el olor a torrijas no reconocería estas fiestas. En mi barrio no vamos a cantar saetas, ya ni siquiera gritamos como acostumbrábamos. No soy de ir a procesiones, sin embargo me duele que tanta gente se quede sin ellas este año.

Nosotras lo más típico que haremos es el Vía Crucis en el pasillo, porque parece mentira que siendo solo tres este espacio esté siempre lleno. Tengo dos, de pocos metros cada uno, y además los cierra una puerta, abres... y está mi madre, que justo sale de la cocina, cierras... y aparece mi hermana siguiendo mis pasos. Temo hasta una sanción por aglomeración. Mi madre siempre se cabrea si llega y estamos las dos mostrando chistes la una a la otra desde las pantallas de nuestros móviles, más o menos lo que ocurre en las calles, siempre te plantas donde más molestas, y ahí te quedas. Si está recien fregado, más tentador aún, hay que pasar varias veces, hacia un lado, hacia otro..., te quedas de charla. Pienso que lo que nos gusta es el ambientillo que se crea en ese mini espacio, que es lo que nos va a los españoles, el mogollón, si un bar está casi vacío no nos gusta, si llegamos y sale la gente por la puerta, nos encanta, empujamos y entramos también. Donde hay gente hay alegría, el Rastro, la Cabalgata, la Gran Vía en Reyes, Sol en rebajas, cartelera de estreno, las ferias de barrio, las Procesiones. Somos de contacto, de calor, de bullicio, de ruido, de voces altas, de grupos. El distanciamiento social que nos salva, nos destiñe el alma, nos borra la ñ de España, somos peligrosos, letales, si me relajo un punto, te veo y te meto un abrazo, o te planto dos besos, y es que como se suele decir, es imposible ponerle puertas al campo.






María Caballero

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dame tu voto ¡Gracias!

Dame tu voto en HispaBloggers!

Contador Visitas