martes, 19 de mayo de 2020

El odio hacia los runners y la lucha por el poder





Gente descontenta con nosotros ya existía, no nos vamos a engañar, quienes viven en la zona centro de Madrid, y cada fin de semana ven sus calles llenas de corredores, los autobuses desviados de sus paradas y la imposibilidad de sacar sus coches de donde estaban aparcados, mucha simpatía no nos tenían. Junto a los gritos del público y sus frases de aliento, seguro que todos hemos escuchado también alguna frase hiriente: que os lleven al campo a correr y os dejen allí una semana sin comer, deberían abrir la veda con vosotros como con los conejos, vagos, maleantes... son todas reales.

Por la calle, entrenando, nunca he sentido animadversión por parte de quienes me rodeaban, muy al contrario, bromas y ánimos no me han faltado por parques y caminos. Y en dos meses y pico todo ha cambiado, demasiado.

Tanto insistir las autoridades sanitarias en que como respiramos fuerte y suponemos un peligro debemos mantener entre nosotros, y con el resto de la población, hasta diez metros de separación por seguridad (que hay que hacerlo), terminaremos escuchando a nuestro alrededor "que viene el lobo".

Mi hermana el viernes al volver de andar, sale muy temprano, me soltó: "hay mucha gente, grupos haciendo lo que les da la gana, los corredores son lo peor, y de los ciclistas ni hablo". A mí me dolió pertenecer a un grupo que sea lo peor.

Y es que hemos salido con mucha hambre de kms, de perseguir ritmos, de lograr victorias personales, olvidando lo esencial, el respeto, las normas, que incluso sin gustarnos son las que tenemos, y están para todos, no podemos correr como tanques, dando miedo para que nos regalen espacio, no somos dueños, ni siquiera inquilinos del poco espacio libre en nuestra zona, ahora, las calles son de todos y de nadie, porque si el resto no quieren compartirlas luchar por su conquista, al menos para mí, no tiene sentido. Paciencia, y en estas semanas, hacer lo que podamos, sin caer en ser peores, o iguales que quienes no nos gustan. Hay zonas de Madrid muy complicadas, de parques pequeños, rodeados de aceras muy estrechas y numerosa población. Ahora que no hay carreras, igualmente hay sueños con metas, y el mío anda por la Fase 2, en la que se podrá hacer deporte a cualquier hora, menos en las reservadas a los mayores, y ahí aparecerá la felicidad, porque serán pocos los que madruguen para correr, como bien sabemos los de antes, o recuperaremos las solitarias horas del mediodía, que con eso de que hace calor, nos las quedaremos una minoría.

Nunca he entendido la antideportividad, en estos tiempos tenemos la oportunidad de ser mejores corredores, y que la frase correr es otra cosa, no se caiga a pedazos, si podemos correr como campeones, no lo hagamos como un mal ejemplo.




María Caballero





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