miércoles, 1 de enero de 2014

Fin de un gran año en la San Silvestre Vallecana


Madrid, 31 de diciembre de 2013

El número 13 tiene tantos admiradores como detractores. A mí, normalmente, me resulta indiferente casi siempre, cuando llegaba el año 2013, lo miré, y me prometí que iba a intentar que fuese uno de los mejores. Y ha podido ser, en parte, por la suerte, por mi lucha y ganas de encararlo con optimismo y fuerza desde su inicio, y, fundamentalmente, por la gente con la que lo he compartido que han hecho que sea un año de los que recordaré durante mucho tiempo.

¿Hay algo más mágico que el 31 de diciembre de 2013? Un día capicúa que amanece lluvioso, gris, con cara de languidez y no de la alegría con la que hay que despedir el año. Una mañana en la que toca mirar al cielo hasta agotarse, consultar la previsión… ¿qué nos acompañará en la San Silvestre Vallecana? En el 50 aniversario de esta mítica carrera la lluvia desentona, y mucho. Además, 40.000 personas con un deseo común tienen que llevarnos, irremediablemente, a una tarde sin agua. Por primera vez, un gran número de mujeres, 18.000 inscritas. La organización, desde hace varios años, se toma sus molestias para igualar el número de participantes masculinos y femeninos y se le está dando bastante bien. En esta ocasión, nos han vestido a todos iguales. Nosotras con camiseta entallada, pero de igual color que los compañeros. Con el logo del pecho no estoy muy de acuerdo, sí con el color, ¡me encantó nada más conocerlo! Me parece que refleja bien el espíritu de este último día del año y de un 50 aniversario que debe llevar un color alegre, fuerte.


A Carlos Mey @Fisioteko se le ocurrió la idea de convocar por las redes sociales, a las 17:00 horas, al mayor número de runners, delante de la Puerta 0 del Santiago Bernabéu, para la #SSV2013FotoMultiRunners. La idea es genial, así ya teníamos un punto de encuentro establecido en el que sabíamos que encontraríamos a la mayoría de los amigos. Conseguir reunir a mucha gente, justo esta tarde, es complicado, todos vamos muy nerviosos, el tema de la masificación de la carrera y los cajones, que hay que ocupar con tiempo o corremos el riesgo de que no nos dejen entrar a última hora, impide que permanezcamos mucho rato por ahí dispersos.



Antes de buscar ni saludar a nadie, me quito el dejar las cosas en el ropero aprovechando que a las cuatro no hay casi cola. El baño de chicas también está más o menos despejado. En esta carrera contamos con baños separados por sexos.

Cada año (y sólo llevo 3), al llegar delante del Santiago Bernabéu intento elegir el disfraz que más me gusta de los que veo in situ. Sin duda, me quedo con el grupo de las gambas, con la base del rojo de la camiseta, han logrado un disfraz muy resultón. Hasta que llega Carlos Mascías y sus amigos y me crean el conflicto. Pues nada, esta vez tengo dos disfraces favoritos. No quiero descartar a ninguno.

 


Los Drinkingrunners, como era de espera, también llegan disfrazados.


Comienzo a encontrar gente conocida. Francisco Javier Domínguez y Daniel Casaus no han podido correr, pero no dejan de estar aquí animando y viviendo el ambiente que se crea este día. Loli Cobos también nos acompaña y nos inmortaliza con su cámara. A Antonio Bizarro y Shinichi Sasaki tenemos que agradecerles el montón de fotos que han conseguido reunir.

Saludo a Santiago García, Annunziata Hervías, Yolanda Rodrigo, Luis Sánchez, Rafael Monroy, El Juli, Nacho Cepero, Carlos Sanz, Mario Silva, Vir Núñez, Susana Izquierdo, mi hermano Miguel, … a Roberto Capilla le veo a lo lejos. Con Prado Gutiérrez charlo ya pasada la meta.


Llega un minuto en el que, como si nos picasen avispas. ya no podemos aguantar y algunos nos lanzamos a correr para colocarnos en nuestro cajón. Al llegar ya están hasta arriba. Como cada año, la organización, un poco nerviosa, comienza a pedir que avancemos todo lo que podamos para ir dejando espacio detrás o no va a entrar mucha más gente. Pasito a paso, consigo colocarme justo en primera línea de mi cajón. Veo el cartel de sub48’ sobre mi cabeza.



La gente canta, la música muy alta nos sube aún más la adrenalina, el ambiente es de fiesta. Comienza la cuenta atrás. Desde mi sitio no escucho el pistoletazo. Ni me entero de que ha comenzado la carrera. Nos dicen los comentaristas que miremos en las pantallas cómo avanzan los primeros. Desde mi altura la pantalla tampoco la diviso. Quito y pongo el crono varias veces, seguimos sin movernos del sitio. Hay gente a la que se le nota que se está poniendo muy nerviosa. Tardemos en empezar a caminar, muy lento. La salida pesada, los minutos transcurren y es complicado subir el primer tramo cuesta arriba porque la gente no tira y es imposible avanzar.


En el kilómetro 1, pese a todo, vamos a toda la velocidad que nos permite el poco espacio con el que contamos. El kilómetro 2 es rápido como pocos. Aquí la velocidad no la marcan las piernas, la pone el que llevo delante, si le da, yo también, no puedo perder mi hueco por miedo a que lo ocupe otro/otra que corra menos y me ralentice. La animación de la calle ya no es lo que era. El kilómetro 3 cae a toda velocidad, intentando dejar atrás el mayor número de gente, cosa que da igual, porque aquí espacio libre es lo que no va a haber. ¡Qué diferencia el kilómetro 4, con otras carreras, tomar Alcalá cuesta abajo, con la banda de música animando, hacia Cibeles para llegar a Atocha! En todo este tramo el público aplaude, grita campeones, nos cantan… El ritmo que llevamos la mayoría es más que bueno. Con algunos metros más de espacio, para permitirnos adelantar, esta prueba sería de las más rápidas que haríamos la mayoría. La fuerza y la alegría que llevamos encima nos permiten no notar el cansancio.

La Avenida de Barcelona, como cada año, el punto crítico, demasiados en este trayecto tan estrecho. Todo el mundo corre por la carretera de la derecha. Algunos, sin pensarlo, pasamos a la izquierda (no tengo muy claro si ahí el tráfico también está cortado) corremos al límite de nuestras fuerzas, creo que ni pensamos que todavía nos quedan varios kilómetros. La alegría dura muy poco. La Avenida de la Albufera nos devuelve a la realidad de: éste es tu sitio y no puedes moverte con mucha libertad. Con la inercia de la cuesta abajo, a toda máquina, terminamos el kilómetro 8 para desembocar en la cuesta arriba que nos hará dejar atrás el kilómetro 9. Aquí se nota la gente que no entrena cuestas. La mayoría de los corredores se mueven lentos, pesados, los segundos caen y quitarse gente de en medio es impensable. Un chico joven muy alto, con gorro de Papa Noel, sube la cuesta como yo, braceando y sin perder el ritmo. Me pego a él. No quiero perderle. Me va abriendo paso de maravilla. Hasta que en un punto me cierran y le veo alejarse y me quedo nuevamente tras un grupo que no deseo tener delante.

El final de carrera ya es conocido, muchos intentamos recorrer el último kilómetro al límite de nuestras fuerzas. También es un sueño, aquí el sprint final no se permite. La separación a la derecha, poco antes de la meta, de los que corren sin dorsal es complicada. Gente que se cruza de un lado a otro. Para rematar, bajo el cartel de la ansiada Meta, una masa humana que no se mueve, nos gritan que sigamos, que tenemos que pisar la banda para que nos controlen el tiempo. La gente comienza a empujar y a mí literalmente me colocan sobre la banda con un tiempo de 50'19". Seguimos sonriendo, estamos contentos y a la mayoría nos sobra energía para encarar el resto de la noche. A mí me sobraban piernas hasta para bailar durante algunas horas.

El día 1 comienza con lluvia. Me pierdo la tirada que tanto me gusta en esta fecha. Aprovecho para escribir lo que llama mi madre “mis memorias” y rematar el Blog con todo lo vivido en el 2013; para colocar mentalmente todos los retos que me esperan en este 2014. El primero, Sevilla, a menos de dos meses, no puedo evitar sonreír al pensar en este maratón, porque como muchos decimos “la vamos a armar”.

Saludos, abrazos, besos y a por el nuevo año con coraje.


María Caballero
@MCG66Madrid


 


2 comentarios:

  1. Haber si era yo el del gorrito de papa noel jeje,sali en el mismo cajon que tu y termine unos 30 segundos antes.Besos y a por el 2014 ;)

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  2. Muy buena crónica. La verdad es que la San Silvestre es una carrera especial y maravillosa. La llegada a Vallecas, espectacular. Feliz 2014. Que haya muchos kmsxalimentos!

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