lunes, 30 de marzo de 2020



¿Tú cómo sales de casa?


Lo poco que lo hago, a mí me ha dado por salir deprisa, andando muy rápido, como si tuviese un crono delante o un tiempo determinado para poder permanecer fuera. Sería más lógico caminar despacio, saborear los pocos momentos en el exterior, respirar hondo y relajar la mente. Muy al contrario, salgo con prisa, respiro poco, siento que estoy haciendo algo malo e incluso me siento un poco delincuente.

Me encantaba la noche de los muertos vivientes (sé que soy una antigua), si de pronto nos convertimos en los protagonistas, ¡maldita la gracia!

Logro alcanzar la zona más amplia, dejo atrás las callejuelas estrechas, y lo tomo como un triunfo. En la calle no hay nadie, ¿y si ha desaparecido la humanidad? Acelero el paso y no dejo de mirar atrás. Pronto comienzan a aparecer zombis, frunzo el ceño y acelero el paso. Unos con mascarilla, otros sin ellas. Me miran como si yo también fuese una zombi, me molesta bastante, solo me devuelven el mismo reflejo de mi rostro. Voy cambiando de acera constantemente, cuando me dispongo a hacerlo el de enfrente piensa lo mismo y regreso a mi sitio. Pocos son los que caminan despacio, miran hacia arriba para disfrutar de los rayos de sol en su cara, se paran en medio embobados con el móvil..., esos son más sospechosos, hay que alejarse rápido. Con los contados conocidos con los que me cruzo me salta el corazón, me alegro mucho de verlos bien, nos saludamos de lejos, con la mano, ellos también tienen prisa, desvían su trayectoria y me miran como si fuese una zombi, me molesta mucho más que con los desconocidos, incluso cuando yo he pensado lo mismo de ellos. Es mejor no salir a la calle, total, es el mes de los muertos vivientes, y lo único que deseo es regresar a casa sin que me atrape ninguno.

Allí todo es seguridad, qué tranquila se ha vuelto la gente, todos en casa y más silencio que nunca, hasta que dan las 20:00 y el cuerpo nos pide música a todo volumen, cantar, gritar, aplaudir con rabia, con ganas, con ilusión, por los otros, por nosotros, por tantos, por todos, estamos vivos encerrados sí, aunque no hundidos, nos emocionamos, amamos a distancia, esperamos, deseamos, peleamos duro con un solo arma, quedarnos en casa, y no darle más fuerza a este odioso virus.



María Caballero




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