viernes, 8 de enero de 2016

Adiós a otro año en la San Silvestre Vallecana 2015



Madrid, 31 de diciembre de 2015 – 17:30 horas


Este año será ya mi quinta Vallecana, aún recuerdo la primera en 2011 y ¡el agobio que me entró al ver tanta gente allí reunida!, llevaba poco tiempo corriendo y me impresionaba esa masificación en una carrera. Desde entonces, he tenido alguna vez el pensamiento de correr la última, y también el de salir en el cajón del final, con toda la masa, para vivirla de forma más tranquila, más festiva aún… por el momento sigo sumando ediciones y poniéndome en la salida acreditando marca, con la idea de, en la medida de lo posible, correrla pendiente del crono.


Respecto al año pasado no han subido el precio de la inscripción, hemos vuelto a pagar 21€ más 3€ por el ropero si queremos dejar la mochila en la salida y recogerla al terminar. El ropero gratuito supone depositar las pertenencias en la zona donde termina la San Silvestre horas antes de comenzar la carrera. Y al igual que en 2014, en la bolsa del corredor, únicamente, la camiseta y el chip.

Esta vez unifican color para mujeres y hombres

Me gusta llegar con bastante tiempo para vivir el ambiente que se va creando alrededor del estadio Santiago Bernabéu, ver los disfraces con los que aparecen algunos corredores, descubrir las caras con las que vienen los conocidos, que no son iguales a las de otras pruebas, hoy todos tenemos un brillo especial.







A las cuatro y cuarto, cuando salgo del metro, hay muchísima gente en la zona, deambulando, esperando e incluso situados dentro de la zona de los cajones. Con el primero que me encuentro es con Héctor Romero, que se puede decir que siempre está en todas partes. Más tarde con Blanca, cerca del ropero. Y después, en la Puerta 0, el punto de encuentro habitual de muchos grupos, con Daniel Casaus (con quien me faltó una foto de recuerdo) y con bastantes más amigos y conocidos a los que podéis ver en las fotos.





Los que comenzamos primero la carrera nos vamos despidiendo de la gente para lograr entrar en los cajones antes de su cierre. Como todos los años, somos demasiados los que lo hacemos con el tiempo un poco justo y es agobiante avanzar hasta mostrar la pulsera a los de seguridad que por mucho que se esfuercen, a última hora se les cuela gente, más la que ya lo ha logrado antes.


En la última carrera del año, apoyando también al Reto Dravet con su pulsera
Consigo alcanzar el cartel de la marca de <52’ y a esperar a que dé la hora, a las 17:45 saldremos los de la segunda oleada.  ¡Lo que vivimos aquí es una fiesta!, de gente bailando, cantando. La música de la organización y los ánimos de la speaker logran que nuestros ánimos suban cada vez más y saltamos y gritamos, saludamos con energía a la cámara en cada batida que da sobre nuestras cabezas…



En las pantallas veo a los corredores de la primera oleada inundando de naranja las calles por las que avanzan, emoción y piel de gallina a un tiempo.

¡Es la hora y a correr…! Avanzamos lentamente, primero andando, luego trotando ligeramente, y en breve corriendo suavemente. El comienzo siempre es complicado, vamos muy pegados, somos demasiados. Decido enfrentar la subida de Concha Espina lo más rápido que puedo para liberarme de gente. Pasado el Km1 mejora muy levemente la falta de espacio.

Durante el Km 2 y 3 la gran atracción del público y de los compañeros que le van adelantando, es Mario Bros. No hay niño que no le grite o choque su mano. El disfrazado de Mario corre muy tranquilo, le voy dejando atrás, hasta perderlo. La enorme animación de Serrano de otros años es algo menor.

En cambio, en la Puerta de Alcalá entre el público y la banda de música tocando descubrimos la alegría de las calles tan propia de esta carrera. A partir del Km4 logro establecer un ritmo más constante. La gente de alrededor también va con ganas de correr y avanzamos como podemos metiéndonos en los pocos huecos que encontramos y unos nos facilitamos el avance a los otros. Un nuevo aporte de energía lo encontramos al pasar por Cibeles con tanta gente gritando, aplaudiendo.

El Paseo del Prado está más despejado de corredores por ser más amplio. Completo la mitad del recorrido. En el Km5 sé que tan solo puedo correr lo más rápido posible dependiendo del espacio, pero no alcanzaré una marca cercana a los 50 minutos. Me siento genial, con fuerza y ganas, lástima no poder usar ambas.




Atocha es otro de los sitios increíbles, junto a la banda de música un montón de animadores por las aceras, están los que venían con intención de presenciar la carrera y los que se han visto sorprendidos por el evento y han aprovechado para quedarse, personas junto a maletas, bolsas de viaje… A mi espalda gritan mi nombre, es Rober Tobar que me ha reconocido, charlamos un instante y él y su amigo parecen querer seguir más relajados, por lo que pronto les pierdo entre la multitud naranja.

La Avenida de Barcelona no está muy masificada, a diferencia de otros años logro continuar con mi ritmo. Me sorprende ver a gente que va lentísima delante de mí, aparentan estar poco acostumbrados a correr, visten la camiseta de la prueba y está muy claro que han salido en el primer cajón sin ser su lugar. Bajo el puente una nueva banda; sobre él, el público tocando tambores, gritando… ¡Es un gusto superar el Km6!

A partir de aquí el objetivo es tratar de ganar ritmo, si se puede, y conservar fuerzas para enfrentar la Avenida de la Albufera. Al llegar a ella me encuentro fuerte para lucharla, en el centro de la carretera se agolpan gran cantidad de corredores, la mayoría subiendo muy calmados, en grupos, que nos impiden el avance al resto. En el lateral izquierdo descubro bastante espacio libre y gente que avanza con ligereza. Subimos… subimos… la verdad que se hace larga la cuesta, hay un momento en el que no se ve bien la continuación del camino y parece que ahí termina el ascenso, sin ser así, cuando pensamos que finaliza, debemos ascender algo más hasta que dejamos la cuesta, llega el giro a la derecha y tomamos la calle de Sierra de Cadi y voy a tope a por el último kilómetro.

Son pocos los que en este punto permanecen en calma, aunque los hay, la mayoría apretamos en cada zancada deseando llegar pronto a ese arco y sin tener intención de ello, comienzo a gritar junto a otros corredores, y así entro en META, con la alegría contagiada de los de alrededor y repartiendo enhorabuenas a gente que ni conozco ni seguramente volveré a ver.



El avituallamiento final de carrera
ha disminuido en los últimos años

Como corredora popular no le puedo pedir más a este 2015, ni una lesión, ni un solo parón por dolores o molestias y todas las carreras que me he planteado superadas, lo único que deseo es poder disfrutar de muchos más años como éste.

Os deseo a todos un muy buen 2016 lleno de nuevos proyectos, retos, planes, sueños... o como más os guste llamarlos.

Saludos, abrazos, besos,


María Caballero
@MCG66Madrid






2 comentarios:

  1. Mis mejores deseos también para ti, amiga.
    Me encanta disfrutar de la buena lectura de los pocos blogs de calidad que quedan sobre nuestro deporte y el tuyo es uno de ellos, espero que sigas en esta misma línea junto a innumerables nuevas carreras.

    Un besazo enorme y a comernos este 2016!!!

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  2. Como siempre Maria, un placer haber corrido esta San Silvestre dos veces. La que hice yo, y la que acabo de hacer contigo.

    Salud y kms en 2016!

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