Madrid,
23 de septiembre de 2013
Salir a correr con dolores;
estar calentando mientras en la calle comienza a llover con tantas ganas que
ves desde la ventana el exterior desierto; volver de entrenar cojeando; quitarle tiempo a
otras cosas pero no a la tirada larga de los domingos; levantarte sigilosa y
salir antes de que la familia despierte. ¿Te suena alguna de estas cosas? Si es
así, no trates de explicárselas a tu familia, amigos, compañeros del curro,
mejor deja las cosas como estén. A cambio, conecta Twitter, Facebook o lo que
sea que utilizas como tu red social y comenta sin pelos en la lengua lo que te
preocupa, te sucede o deseas, ahí sí que van a comprender eso que el resto del
mundo piensa que es sólo cosa de locos.
En casa, las miradas se
vuelven todas sobre mí al escuchar que voy a intentar correr un maratón otra
vez. No dicen nada, aunque puedo sentir cómo sus pensamientos traspasan el
espacio y entre ellos comienzan una conversación sin palabras en la que todo se
resume en un: “cualquiera la entiende”, "¿no decía que era mucho sacrificio prepararlo?".
Mi familia es mi mayor apoyo. Hace ya tiempo que no hablo
con ellos de dolores, los intuyen porque no siempre ando igual de salerosa. Las
ampollas me las curo a escondidas, por no hacer sufrir a mi madre, por no notar
cómo me mira pensando que soy como esos penitentes que de andar descalzos para
cumplir sus promesas terminan con los pies destrozados.
Es complicado hacerles
entender que todo eso forma parte de lo que tanto me gusta que es correr, que si unos zapatos me machacan
los pies lo tiro sin miramiento, si me duele el cuello por algún motivo me
pongo de mal humor pero que cualquier malestar que venga por los kilómetros
consumidos los tomo como trofeos, son parte del juego, los acepto e intento que
no sucedan de nuevo. Si vuelven será así, seré así.
Mis amigos de siempre, ninguno corre. Las conversaciones más
personales sobre correr, los miedos, las dudas, los dolores… sólo soy capaz de
compartirlos con mis #runnerstuiteros.
No me veo capaz de llamar a una amiga y decirle que estoy de mal humor porque
quiero hacer más kilómetros y no puedo porque me molestan los gemelos; o
comentarle a la vecina que está tan preocupada porque cada vez me ve más
delgada que estoy feliz porque así me cuesta menos tirar de mi cuerpo. Y así un
montón de temas que sólo comento contigo, al igual que tú me cuentas los tuyos
y algunos días pienso en todos esos corredores que no habrán salvado un período
de lesiones, un bajón, una mala racha de carreras gracias a todos los mensajes
que llegan en tropel en cuanto cualquiera de nosotros vemos ese tuit que
aparece como con aviso de que la otra persona nos necesita, que esa persona
tiene que seguir siendo corredor, no podemos perderle. Y si alguien piensa si
no somos un poco como las sectas, que no dejamos/queremos que nadie escape,
pues sí, un poco en realidad, pero es que cuesta mucho llegar a ser lo que se
dice un verdadero corredor y eso no se puede perder, para eso estamos los #runnerstuiteros, para salvarnos unos a
otros.
Por eso me apetecía dedicar un post a mis seguidores, en estos momentos 528, con los que comparto el día a día, las experiencias, las risas, el apoyo, los buenos y malos momentos, en definitiva, todo lo que significa correr y competir, que es esa lucha por ser y querer seguir siendo CORREDOR.
Hasta muy pronto a todos y buen inicio de temporada.
María Caballero
@MCG66Madrid
Si me permites añadir, hay un grupo de lectores silenciosos, aqui (blogger) y alli (twitter) , que te leen desde el anonimato y a los que muchas veces, les sirves de inspiración. eso tampoco lo olvides
ResponderEliminarun saludo
Identificadísimo con muchas de las cosas que pones! ...
ResponderEliminarOtro lector anónimo!