Madrid,
14 septiembre 2013 – 18:30 horas
Terminado el verano es casi
necesidad para esta runner colocarse un dorsal, un chip y empezar a soltar
adrenalina esperando a que den la salida junto a un montón de corredores. Debe
ser que todavía no he competido lo suficiente -o tal vez será así toda mi vida-
pero me sigo poniendo nerviosa, no solo el día señalado de la carrera, también
el día anterior.
Tan solo he corrido La Melonera una vez, en 2011. El año
pasado me mosqueé al recibir una carta del Ayuntamiento de Madrid en la que nos
comunicaban que esta carrera -hasta ese momento gratis- dejaba de serlo. Eso no
fue lo que me enfadó, fue el detalle de que sólo nos iban a cobrar a los mayores
y veteranos, no me parecía justo ¿por qué nosotros? ¿Por eso que dicen de que
las populares las llenamos los de más de 35…?
Decidí no participar.
Este año, acepto sus normas
y vuelvo a inscribirme porque a cambio de los 7 Euros que nos cobran nos van a
colocar un chip, que hasta ese momento no existía en esta carrera, cada uno
controlaba su tiempo mirando el reloj de salida y llegada. Me parece justo que
por ese precio cronometren mi pericia y me ofrezcan un tiempo oficial del que
poder presumir (o no).
Me gusta especialmente La
Melonera, por la tarde las carreras en Madrid no se encuentran, y a mí,
corredora habitual después de las 5 de la tarde, me va genial este horario, por
eso me apetece realmente.
Llevaba inscrita desde
agosto. Reconozco que lo hice en cuanto me empezó a molestar la pierna
izquierda, fue una especie de amenaza o señal para que se portase bien, pero no
resultó muy eficaz. Al contrario, entre el dolor y el plan de entrenamiento
para conseguir ser sub 50’ en los 10kms -al menos una vez- empeoraron la
situación. He pasado agosto y parte de septiembre corriendo dos días y con
descanso y dolores el resto. La semana previa a la prueba el fisio me confirma
que sólo es sobrecarga en peroneo y gemelo cosa que no me tranquiliza porque ir
acompañada del dolor y del temor que nos supone enfrentarnos así a esos 10kms
que casi todos los días en los entrenos parecen nada pero que una vez que una
pone la mente en correr lo más rápido posible pueden parecer eternos y más si
ya la cabeza antes de empezar solo piensa en: ¿me dolerá? ¿en qué kilómetro?
¿cuánto?
El jueves 12 me digo que por
si acaso, voy a recoger la bolsa del corredor al Hipercor. Allí coincido con
Javi Pintos (@Javi_Pintos) y sólo
hablamos de nuestros dolores o poco más. Una vez fuera respiro. ¡Qué gran
influjo ejerce sobre los corredores ese trozo de papel llamado Dorsal! Si no
corres, no lo entiendes; si no corres, no lo aprecias. Al tenerlo en mi poder
casi pude notar cómo la pierna se volvía más ligera, incluso salí del Hipercor
andando con más seguridad. ¡Por favor, los psicólogos que no me lean!
Como la carrera es a las
18:30 horas del sábado los nervios son menos. Tengo tiempo por la mañana de
organizar todo, ir con un almuerzo en el cuerpo me da mucha más energía que el
desayuno de otras pruebas. Y no tener que madrugar tantísimo ¡Dios, qué bien me
sienta eso para correr!
Ya en Méndez Álvaro intento
localizar a Javi Pintos, Gonzalo Rincón y a Mos Alonso. A Javi le localizo enseguida,
se le ve bien con su camiseta de los DrinkingRunners y por lo grande que es. Viene
con un compañero de trabajo, Diego Lorente. Al resto no les vemos.
Calentamos. Nos hacemos la
foto de recuerdo. Nos colocamos en la Salida.
¡Qué nervios! Nos tienen 15
minutos ahí colocados porque la carrera coincide con el partido de fútbol entre
el Atlético de Madrid y el Almería y hasta que no se despeje la zona del
Vicente Calderón no podemos empezar.
Cuando dan el pistoletazo de
salida noto la boca seca, empiezo con sed, sudando por los nervios de la
espera. El primer kilómetro lo hago a más velocidad de la que pensaba, voy a
menos de 5 minutos, intento bajar el ritmo pero el segundo cae igual de rápido.
Después el control ya fue absoluto. Comienzo sin dolor, ni siquiera una
molestia. Conozco esas trampas, en los entrenos ocurría, hasta que no llevo 6 ó
7 kilómetros no comienza a machacarme el dolor.
En el kilómetro 4 aparece
Gonzalo Rincón (@gaceladeretiro) ¿le
pregunto qué tal? Y su respuesta es un simple “mal”. ¡Pues sí que llevamos
alegría hoy en el cuerpo los conocidos! ¡Estamos para irnos después a bailar!
Aparecen sus jefes y aprieta el ritmo, también veo cómo se me pierden.
En el kilómetro 5 el
avituallamiento ¡qué ganas de ver el agua esta tarde! ¡Con el calor que estamos
pasando casi todo el recorrido con el sol de cara!
A partir de aquí la parte
que más me gusta. Para quien no conozca la prueba el recorrido es bonito.
Hacerlo por Madrid Río siempre es agradable, el Manzanares aligera el calor que
ya llevo encima por los kilómetros dejados atrás y a partir de ahí todo es un
clamor. Hay muchísima gente animando, los familiares. Nunca me acostumbraré a
esas mujeres con el puño en alto que me gritan con pasión: ¡vamos esa chica de
verde! ¡Arriba las mujeres corredoras! Y lo mejor las niñas: ¡mira mamá ahí va otra
chica! No sé si saben la fuerza que me dan, me gustaría pararme y agradecerles
el gesto, como no puedo, igual en algún momento alguna lee esto y se reconoce
entre ellas.
Rápido, llega lo peor de la
carrera, el repecho en el kilómetro 8 que encima es de adoquín y hace la subida
lenta y pesada y machaca los pies. También nos perjudica la aglomeración de
gente, sujeta por los de la organización ya que no desean ver una carrera, no
entra en sus planes, y continuamente se cruzan de izquierda a derecha madres,
niños con bicis… Es un poco complicado correr.
Lo peor de todo el final,
veo a lo lejos el crono y hubiese podido esprintar, ser sub 50’, las fuerzas
las tengo y las ganas pero el adoquín que me separa de la Meta hace complicado
correr rápido. Veo como un chico a mi lado se va al suelo y pienso en: “es
mejor perder unos segundos” y finalmente cruzo contenta con mi tiempo de 50’53”.
La tradición marca que nos
ofrezcan una rodaja de melón y música y diversión a partes iguales, ya que dentro
de las actividades deportivas de las Fiestas de la Melonera, en el distrito de
Arganzuela, se celebra la carrera popular.
Así finaliza mi primera
prueba de esta temporada. No había terminado de cruzar la Meta y ya estaba
pensando en la siguiente. ¡No tenemos solución los populares! Estamos
enganchados de la cabeza a nuestras zapatillas ¡y qué bonitas son!
Besos, abrazos, saludos
y volveré,
María Caballero
@MCG66Madrid
Qué curioso el nombre de esta carrera, "la melonera". Yo creía que melones sólo habían en Torre Pachecho jajaja. Para la próxima carrera intenta hidratarte antes, no es bueno salir con sed. Ese sub-50 casi lo consigues, y eso que ayer no era el día: renqueante de molestias, adoquines y sobre todo primera carrera... Tranquila que en dos o tres semanas estás volando. Un besazo
ResponderEliminarBuena carrera y sobre todo siendo prudente al final cosa que es difícil cuando ves que bajar la marca esta tan cerca, para la próxima cae fijo.Con tu permiso me uno a tu blog.
ResponderEliminarUn abrazo.