jueves, 20 de noviembre de 2014

XXXI Medio Maratón de Villaverde


Madrid, 16 de noviembre de 2014 – 9:30 horas

La previsión, a principios de la semana, era de lluvias para el domingo, según avanzaron los días, los del tiempo nos iban alegrando el pronóstico hasta confirmar que no correríamos el riesgo de mojarnos. Tanto cambió la cosa, que según llegábamos al Auditorio del Espinillo, el comentario de casi todos era el error que habíamos cometido con la ropa, demasiado abrigados para el sol que ya nos acompañaba a las ocho y media.

La Media Maratón de Villaverde no es una carrera muy masificada. La entrega de los dorsales, el ropero y los baños están muy próximos entre ellos, no hay que perder tiempo buscando nada. Han tenido el detalle de poner un baño para las chicas. 


Dentro del Auditorio nos vamos reuniendo y esperamos todos hasta que llega el momento de calentar, lo que se suele hacer en la calle Unanimidad, desde la que tomaremos la salida.

Es grato el encuentro con los compañeros Drinkingrunners, algunas Gacelas, Alberto y David, a los que conocí gracias a Ángel (@contadordekm). 




Y con Óscar, de la tienda RunnerLand (en la calle Ponzano 72), que colabora con Luis Blanco esta mañana.


En esta Media no falta la buena música en ningún momento, todo gracias a Luis Blanco, de A Tu Ritmo, que además, desde primera hora, va comentando cosas de la carrera.



Nada más disponerme a calentar, a pocos metros del arco de salida, aparece Tomás Soria, igual que el año pasado, casi en el mismo punto, es como un encuentro establecido pero sin haberlo acordado de antemano. Siempre me transmite tranquilidad y seguridad.


Por esta carrera hemos pagado 12€. La bolsa del corredor contenía: una botella de agua y otra de Gatorade, barrita energética, plátano, ampolla de glucosa, chapa e imán contra la violencia de género y camiseta conmemorativa, que solo la recibimos si cruzamos la meta, y un año más compruebo que las tallas son enormes, la S corresponde a más de una M, en esto siguen sin pensar en las chicas, debe ser que los roqueros, a los que les toman las medidas, son gente grandota, porque no me explico este tallaje.


Previamente, en las redes sociales, entre todos los corredores hemos elegido la canción para la ocasión, y así tomamos la Salida al ritmo de "Welcome to the jungle" de Gun's and Roses.

Comenzamos cuesta abajo, de forma cómoda, para ir calentando el cuerpo, aunque el sol ya se encarga de ello. El km1 es por asfalto, se corre bien, con suficiente espacio. Hay algo de público animando.

En el Km2 ya comienzan a pasarme los rápidos, un saludo de Tomás Soria y le veo perderse entre otros corredores. A partir de este kilómetro nos adentramos en el Parque Lineal del Manzanares.

Durante el Km3 escucho música a mi espalda, a gente comentar sorprendida: ¿vosotros corréis así?, y aparecen David Roncero y Chema Martínez (@ChemaM), con su disfraz de los ZZ Top. Que se hagan una media así vestidos, que soporten el calor que debía darles la barba y que encima tengan buena marca, para mí es completamente incomprensible.


A partir del Km4 el calor me agobia. Algunos corredores se quitan la primera capa, fuera la camiseta de manga larga, y a correr más fresquitos, ¡suerte que tienen!, no me veo despelotándome ahí en medio para un cambio de vestuario, me toca sufrir, por el eterno temor a no pasar frío, ¡me aso!

En el parque hay mucho barro, más bien fango en el que patinar es muy sencillo, en algunas zonas, por las recientes obras hay montones de arena arcillosa en las que se hunde la zapatilla y cuesta sacar el pie y avanzar rápido.

En el Km5,5 el primer avituallamiento, muy cercano a la salida para mi gusto, como quiero practicar para el Maratón de Málaga comienzo a beber pese a no tener necesidad aún.

Seguimos por el parque, al grito de ¡charco! de los que van delante, bajamos el ritmo y bordeamos el agua para no mojarnos los pies. Esto se produce numerosas veces en este tramo.

A partir del Km8 estamos más apiñados, cuesta adelantar, a un lado nos acompaña el barrizal, al otro el río, y la zona por la que corremos es muy estrecha, toca tener paciencia y encontrar un hueco.

Del Km10 al 13 disfruto de una charla muy amena con David Corbacho, de Espartan@s Club, en estos pocos kilómetros nos ponemos al día de nuestra vida como corredores.

En este tramo podemos ver en la parte más baja del terreno a los que van en cabeza de la carrera, y cuando llegamos nosotros allí, comprobamos todos  los corredores que llevamos detrás. Saludos desde abajo de Rai, Chema, Roncero, Johnny…

En el Km13 paso obligado por la alfombrilla de control de tiempos, dejamos el parque y volvemos al asfalto, y si conocemos la carrera, sabemos que ahora viene lo más duro.

En el Km14 otro avituallamiento. Se nota el frío de las primeras horas de la mañana, porque el agua está fresquísima.

En el Km17, al final de un tramo largo de asfalto, aparece el giro que me recuerda que desde aquí la carrera se endurece. Comienzan las subidas, que ya casi no dejaremos hasta el final. Voy muy alejada del corredor que llevo más próximo y decido meter un poco de ritmo para no quedarme descolgada.

Llega el Km18 y el Parque de Butarque. Hay corredores que comienzan a andar y eso que aún no ha llegado lo peor. Al dejar la arena, vuelta al asfalto y a unas pronunciadas cuestas con curvas, ¡aquí el ritmo simplemente se me va! Lo recordaba duro del año pasado pero me parece más, es curioso cómo vivimos cada carrera dependiendo de nuestras condiciones físicas. Este año llego cansada, con demasiados kilómetros encima para lo que es un año normal para mí y desde aquí hasta el Km20 tengo que poner a trabajar la cabeza para seguir. Hay que agradecer la animación de la gente en estas calles, tanto la que grita desde las ventanas como a pie de calle, y ese ¡qué ya llegáis! que nos convence de que de verdad estamos terminando.

En el Km21 vuelven las fuerzas, hay que poner el resto y llegar lo mejor posible, ahora sí que concluye esto, y claro, la cómoda bajada de la salida en la calle Unanimidad ahora es una subida cruel que muestra el arco arriba, en el que no nos pararemos, ahí no está la meta, porque el final está dentro del Auditorio y tenemos que recorrer aún varios metros hasta pasar bajo esa Meta que en esta ocasión ha costado más que otros días.

A pocos metros de la Meta. Vayamos bien o mal,
al ver a un ser querido nos brota la sonrisa.

Este año me ha parecido una carrera aún más dura. En el 2013 me enamoré de esta prueba. En el 2014 la he detestado un poco. En el 2015 volveré, porque nunca he sido roquera, aunque sí chica dura y voy a tratar de mejorar la marca la próxima edición.


Con los abrazos de los compañeros y la charla con mis chicas del ropero, se me va esfumando el cansancio…



La próxima crónica de una carrera será la del Maratón de Málaga, seguramente, a la semana siguiente de correrlo, cuando ya haya reposado todas las emociones y contenido todas las lágrimas.

Saludos, abrazos, besos,

María Caballero
@MCG66Madrid






5 comentarios:

  1. Ojalá tuviera esa sencillez detallista para escribir...me pierdo en vericuetos y al final muchas veces prefiero no publicar nada. De verdad que envidió la capacidad de síntesis y concreción. Yo soy muy disperso...se que a veces acierto,no es minusvalorarme

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  2. Gracias por el relato. Leerte me da ganas de ir el año que viene. Y por supuesto te deseo lo mejor para Málaga. Espero esa crónica!!!!

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  3. Gracias por la descripción de la carrera. Yo la tengo en mente, quizá para el año que viene.
    Que te vaya muy bien en Málaga. Aquí estaremos para leerte. Un beso.

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  4. Bueno, Maria, espero que no haya que esperar un año, para volvernos a encontrar. BOnita mañana, y mejor compañía. Un besazo.

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  5. es posible que haya más distancia de la que se dice ??? me salen 22 kilometros con el gps

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