Madrid, 16 de abril de 2014
Antes de que nadie me
etiquete, y sin la necesidad de abrir ningún debate, ya os confieso,
abiertamente, que correr dos maratones con la diferencia de tan solo dos meses,
al menos en mi caso, ¡es una locura! Para los profesionales, para corredores
con más experiencia y muchos más kilómetros sobre sus piernas que yo, igual
puede ser un buen reto.
Los entrenadores aconsejan
que no se corran más de dos maratones en un año y con una separación de 6 meses
entre ambos.
No es que tras correr mi
primer maratón, hace tan solo un año, se me haya subido a la cabeza, ni que le
haya perdido el respeto a los 42k como para hacerme dos tan seguidos, o que me
haya atrapado la fiebre de la competición. Os digo, sinceramente, que es un
tema que se me fue de las manos.
En octubre los DrinkingRunners empezaron a hablar de
correr el Maratón de Sevilla, era algo que me había planteado antes de que
lanzasen la idea y me apetecía realmente. No es que dudase de la gran labor de
Pablo Carmenado, ni de que el proyecto terminaría con el Equipo colocado en la
línea de salida (como así fue) es que todo lo que es de muchos puede quedarse
por el camino… y por si eso ocurría, mientras, me apunté al Mapoma, por no perder
baza y porque no me apetecía pagar después más de lo que cuesta la inscripción
inicial. Y ahí empezó el lío… La gente me decía que seguro que quería repetir
la experiencia del año anterior y volver a correr en Madrid: ¡pues claro que lo
deseaba! Y fui diciendo a muchos que este año volvía a repetir en mi ciudad; a
la vez, se iba trazando todo el viaje a Sevilla y un día, en el que la cabeza
no me debía funcionar nada bien, me descubro diciendo que voy a correr ¡los dos!:
Sevilla porque será una gran experiencia con el Equipo y Madrid porque me fue
tan bien, que quería volver a vivir todo aquello. Ya me cuelgo yo solita la
pegatina de locuela…
La idea tomaba forma, y las
ganas de correr los dos maratones también, y el miedo, en este caso duplicado.
Estoy en un buen momento, me planteé que puede que no tenga otro período igual
y decidí apostar por el #sísepuede.
Al volver de Sevilla la
realidad me fue descubriendo lo que me esperaba.
El lunes 24 me encontraba
cansadísima, el maratón, el viaje, todas las emociones vividas en esos tres
días me habían agotado demasiado. Mis planes eran descansar una semana y
preparar Mapoma con un #planmaratón corto
de 8 semanas. El cansancio en unos días se fue pasando, lo peor era la cabeza,
parecía que me habían sacado el cerebro y la tenía hueca, me costaba pensar,
recordar, fijar la atención… me había vuelto un desastre de persona, por
primera vez me encontraba anotando todo en papelitos para no olvidarme lo que
tenía que hacer pocas horas después… Primer punto que me preocupó.
¡Ya había descansado! El
cuerpo estaba mejor y la cabeza comenzaba a tener algo dentro de nuevo. El martes
4 de marzo salí a correr 10kms. El jueves otros 17kms que cayeron, ¡vaya golpe
contra la realidad!, fueron arrastrados, con las pulsaciones disparadas, no lo
podía llamar entrenamiento. Es duro cuando el cuerpo no responde y, en cambio,
la cabeza ya está otra vez programada para seguir y solo piensa en el siguiente
objetivo que sería el 27 de abril. Descansé, dormí bien, comí mejor… y el
sábado me planteé salir a hacer 25kms, tranquilos, sin prestarle mucha atención
al tiempo en que tuviese que realizarlos. ¡Y salieron, y cumplí con la tirada
larga que tenía marcada esa semana! Reconozco que me vino bien, me dio seguridad
y empecé a pensar que podía con ello. Lo peor a lo que me he enfrentado, en
estos tres años como corredora, vino el sábado a las 5 de la madrugada, al
levantarme para ir al baño mis piernas eran dos bloques, imposible andar, sólo
podía arrastrar los pies. Me agobié, no quise pensar demasiado, mañana habrán
mejorado, pasaron todo tipo de pensamientos en la buena hora que estuve
despierta hasta conseguir coger el sueño de nuevo. El domingo por la mañana el
choque con lo que se me había venido encima fue brutal, no podía andar, las
piernas eran como maderos. Aún así, el martes siguiente salí a correr y no aguanté
más de 5kms. Nuevo intento el jueves y llegué a completar 8 con sudores, un
esfuerzo peor que cuando novata y una impotencia que no había tenido hasta ese
momento con este deporte. Llegaron dos
semanas de parón forzado, masajes con fisio, estiramientos hasta el
aburrimiento, cremas de todas las marcas para tratar de aliviar el dolor…
Cuando el cuerpo no puede, lo aceptamos y cuidamos de él, ¿pero y la cabeza?
¿qué hacemos con ésa? ¡Vaya dos semanas! La cabeza estaba en forma y la tensión
que me generaba me empeoraba las piernas. Se me pasó por la mente regalar el
dorsal, cambiarlo por uno de la media para ese día… un montón de pensamientos
que me llevaban a encontrarme peor.
No soy ilusa, sabía que me
iba a costar preparar el segundo maratón, contaba con que mis tiempos en los entrenamientos
empeorarían, imaginaba que estaría muy cansada, que igual tendría que quitar
alguna tirada ultralarga por no poder con ello, con lo que no contaba era con
quedarme lastrada con unas piernas que no es que no quisieran correr, es que no
andaban, era una tortura de la mañana a la noche.
Creo que fue por ser más
testaruda de lo que aparento o porque debe ser cierto que en el maratón se
entrena la mente, a la mía le faltó que le crecieran dos patas para correr
cabeza abajo y con la ayuda de todo lo mencionado empecé a salir a rodar de
forma modesta y humilde. Mi plan semanal de 4 días se vio reducido a sólo 3 y
cada tirada tuvo algún kilómetro menos de lo que debía. A pesar de todo, en
este corto tiempo, he conseguido hacer dos tiradas de 30kms que son las que me
han dado el optimismo para afrontar de nuevo los 42k.
Si a alguien le apetece
meterse esta locura en el cuerpo, se puede, si yo lo he conseguido que llevo
muy poco tiempo corriendo y menos aún en distancias largas, también lo
conseguirá. No es lo aconsejable, ni recomendable, cuesta mucho esfuerzo y nos gasta
demasiada energía. De momento solo puedo decir que he podido entrenar dos
maratones sin morir en el intento. Espero, en unas semanas poder contar que he
logrado correr los dos maratones, un reto enorme para mí, algo que me ha
llevado no solo a superarme, a conocerme más aún, a amar este deporte, a
respetarlo y a prometerme pensar no dos, sino tres veces, la próxima vez que me
entren ganas de inscribirme para no perderme ninguna carrera de tantas como hay
por ahí.
Nos vemos en el Maratón de
Madrid, un gran día para enormes desvirtualizaciones de un montón de buenos
amigos que tengo por la red.
Saludos, abrazos, besos,
María
Caballero
@MCG66Madrid
Buenas María,
ResponderEliminarHay que diferenciar entre atletas de élite y populares: ellos solo hacen una o dos (excepto lo Kawauchi, que se sale de toda lógica) porque las hacen exprimiendo el cuerpo al límite. Pero dejando al margen eso, creo que es factible siempre y cuando se tenga amueblada la cabeza: una de las dos maratones se tiene que convertir en una tirada larga (olvidarse casi al instante de cronos) más que en un reto. Y yo creo que tú estás dentro de ese grupo, así que no tengo duda que el domingo te veré alardear orgullosa con tu medalla de finisher.
Salud.
Mil gracias, querido David, por esa confianza que depositas en mí, espero que así sea y el domingo consiga ganarme y llevarme la medalla de mi segundo Mapoma. Efectivamente, en Sevilla lo di todo, ahora toca moderación y disfrutar de esa gran prueba sin mirar el crono, como bien dices.
EliminarUn beso
Desde luego depende de los ritmos. Los que preparamos distancias mayores, aunque seamos populares, hacemos distancias de maratón o más muchas veces al año pero, claro, a ritmos bajos, al trote cochinero. Si vas siempre a tope, a por tu mejor marca, yo no haría más de dos maratones al año. La montaña es distinta. La recuperación es más rápida y no es raro ver gente, popular insisto, corriendo maratones dos meses seguidos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. No pretendo competir a tope los dos maratones, ni podría. En Sevilla fui a por marca, en Madrid quiero disfrutar. Muchos ultras me han comentado lo mismo que tú, que la montaña daña menos al corredor, el asfalto nos machaca demasiado es cierto, pero de momento es lo que me atrae. Suerte en tus retos.
EliminarSaludos María,
ResponderEliminarTe sigo desde hace un tiempo, y creo que este es el mejor momento para dejarte un comentario.
Soy un corredor popular con sus más y sus menos, al igual que tu.
La semana que viene, cometeré la misma locura que has emprendido.
Por tanto, sólo me queda desearte suerte y pensar que ¡si se puede!
Mucho ánimo, y a ver si te veo/saludo por la maratón de madrid.
Aprieta fuerte en los últimos entrenos.
Gracias Emilio, por ser otro loco corredor parecido a mí. En la salida, por supuesto, nos colocaremos con el sí se puede por delante y a pedir que Filípides no nos encuentre. Mucha suerte el 27 de abril y espero conocerte ese día. ¡Suerte campeón!
EliminarEn 2012 yo hice tres en tres meses compitiéndolos, Sevilla, Badajoz y Madrid, acabé contento y el mejor fue el segundo. http://correcorriendo-mij-mij.blogspot.com.es/2012/04/mapoma-2012y-tres.html
ResponderEliminarMucha suerte, lo harás genial.
Miguel: Muchas gracias por tu comentario.
Eliminar¡Vaya CV tres maratones en tres meses! Al final voy a estar más cuerda que muchos jeje. Te agradezco el apoyo. Otros compañeros me han comentado lo mismo, que el segundo maratón de los seguidos es el mejor. Ya veré si se cumple conmigo.
Un abrazo compañero y suerte con tus retos
Se puede María, ¡¡los maratonianos somos de otra pasta!! corrí mi primera maratón el 8 de diciembre del 2013, en Sevilla la segunda, coincidimos pero no nos vimos (como para encontrarse con tanta gente jajaja) y después he corrido el HOLE (ultramaratón de 48,8 kilómetros) hace 3 semanas, y la semana pasada un maratón de montaña en Antequera (43 kilómetros con 3200 de desnivel acumulado), pero aun así voy la semana que viene a Madrid... En mi caso personal las largas distancias son adictivas, cada vez recupero antes, llego más lejos y disfruto más, como no me tope con una lesión (cruzaré los dedos) no sé donde llegaré al límite, esto de correr se me va de las manos... un abrazo, espero que te vaya todo genial y nos veamos por Madrid ;)
ResponderEliminarMe acabo de quedar impresionada, Juan, ¡vaya vitalidad!
EliminarEn ti veo que las largas distancias enganchan más que las cortas. Si puedes con ello, que está claro que sí, disfruta de lo que te gusta. Me encantaría verte el 27 de abril. Mucha suerte en el Mapoma, me ha dado confianza leerte.
Buenos dias María. Tuve la suerte de compartir contigo un rato en tu reciente tirada larga, y vas sobrada para llegar a meta en la Mapoma. Las piernas, no son importantes, solo se mueven: lo importante es la cabeza que "tira" y el corazón que "empuja". Espero verte durante el trazado, animada y fuerte, como eres y en meta con con sonrisa y medalla. Sufrirás, como todos, pero lo conseguirás. El único problema de dos maratones tan cerca es que saboreas poco tiempo la primera. La última (como leternamente lo hace la primera) siempre queda grabada. Disfrútala. Rafa (wally).
ResponderEliminarAnimo con ese maraton y espero que nos veamos en algun punto del recorrido ya que este año toca hacer fotos y acompañar en los ultimos km a un amigo
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