Madrid,
9 de octubre de 2014
Cibeles se estaba aburriendo de su tranquila vida sedentaria, empezó a
pensar que había llegado el momento de darle un buen giro. A la hora de la
comida, no hizo lo que era costumbre en ella a diario, poner la comida sobre la
mesa, con decisión, colocó un recorte arrugado de una revista deportiva con la
foto de unas zapatillas para correr y, sin previo aviso, les soltó: “este año
no os molestéis en buscar regalos inservibles, esto es lo que quiero de regalo”.
Saturno se quedó con la boca abierta; Neptuno le guiñó un ojo y Juno rió
a grandes carcajadas. Como no estaban seguros de que supiese lo que debía hacer
con aquellas zapatillas, decidieron regalarle también “Running para Dummies”, si
iba a empezar a correr que lo hiciese al menos informada.
Razones para empezar a
correr hay muchas, puede que tantas como personas, aunque seguro que varias de
ellas se entrecruzan y son comunes.
Hace años descubrí que es
curioso cómo justo cuando una cree que ya tiene la vida encarrilada, con un
trabajo estable, en el que tras muchos años llegué a pensar hasta a jubilarme
en él; con un buen sueldo que da para
caprichos e incluso para empezar a buscar piso propio; una vida que transcurre tranquila, sin
grandes problemas ni sobresaltos, llega un desequilibrio en la economía a nivel
mundial, me lanza desde mi seguridad, contra una dura realidad que ni esperaba
ni, seguramente, estaba preparada para ello.
El lugar donde vivimos no es excusa para no correr, si quieres lo encuentras Mavi Díaz @maviditengar |
Esa bonita manía de vamos a verle la parte buena a todo, la pongo también con eso de estar desempleada, y pasé de la alegría inicial de tener por fin algo de tiempo para hacer cosas que había dejado de lado, ver a gente con la que iba perdiendo el contacto por no coincidir en horarios, … al derrumbe por el: buscamos gente más joven para este puesto, tu CV es muy bueno aunque, sinceramente, ahora no podemos pagar a alguien así, y el famoso mientras cobras el paro podías trabajar media jornada y ya después vemos si te podemos hacer un contrato…
Una vez dijo: yo termino esta carrera por mis... Alicia Mahillo @MORENAZA201 |
Se sucedieron cursos tras otros, podía retomar las clases de pintura, pero al poder dedicarle tanto tiempo ya no me parecía tan interesante; el Taichi me llenó el primer año, después ya estaba tan relajada que lo que necesitaba era canalizar toda la energía que llevaba dentro, y de paso liberar un poco del malhumor que se me estaba instalando en cada centímetro de piel, hacer algo con ese carácter que no es que se me estuviese cambiando, es que me habían dado el de otra porque todo me molestaba…
No sé si algo de esto te suena,
igual parte, o nada… De tanta energía como tenía no conseguía cansarme y eso
que lo intentaba con cosas de lo más aburridas: me coloqué todos los armarios, varias
veces, los libros por orden, los CD’s igual, limpiaba lo limpio, me leí 50 libros, salía mucho…,
salía poco…, ¡vamos que me faltó alicatar la cocina yo solita! Y nada, llegaba
la noche y tenía ganas de saltar, de hacer muchas cosas y me pasaba horas sin
poder cerrar los ojos.
Aún no tengo muy claro cómo, un buen día, sin decir nada, a escondidas incluso, me fui a correr. Como no quería volver a fracasar no lo conté, y así empecé a sufrir en silencio, cuando estuve segura de que eso que había iniciado no lo iba a dejar, un día le pedí a mi hermano todo lo que tuviese sobre el running, y sacó más de 100 revistas, varios libros, folletos, etc. Y pensé ¿tan difícil es esto? Correr es sencillo, con un poco de información empezaremos más seguros, además sabremos diferenciar los dolores que son normales al empezar de los que pueden deberse a causas por las que parar.. Lo que más me llamó la atención eran los artículos sobre opiniones de otras personas, tantas razones para correr, algunas iguales en gente tan distinta, empecé a ver que este deporte me unía a mucha gente sin conocerla de nada.
Ahora tengo claro que da
igual cómo sea mi vida presente o futura, lo que no va a faltar en ella es
correr, en unas distancias u otras, compitiendo o solo saliendo por el placer
de hacer unos kilómetros.
Motivar a correr a tu hermano mayor y que quiera continuar, claramente, no tiene precio Naiara Cambas @ncrubio79 |
Amigas que ahora han perdido el trabajo, o que están aburridas de la rutina diaria… me miran como si hubiese perdido la cabeza cada vez que les propongo, ¡una vez más! que se animen a salir a correr, ellas ven más normal matar sus problemas con la nicotina, o comer sin control, o incluso encerrarse en casa a lamentarse, o engancharse a programas de la tele que nada bueno les aportan. Aún hoy siguen pensando que he elegido un camino totalmente incompresible para ellas a pesar de reconocer que me sienta muy bien, pero no consigo convencerlas para que corran unos metros.
Está claro que empezar a correr no te va a cambiar la vida de golpe, ni se encuentra trabajo, ni se terminan los problemas económicos, ni cambiamos lo que no nos gusta en nuestro alrededor, lo que sí hace es cambiarnos a nosotros y la transformación que se sufre pocos meses después de empezar a correr, en muchos aspectos, creo que es verdaderamente lo que engancha, eso es mejor que lo compruebes por ti misma, yo solo te puedo contar mi historia, tú debes vivir la tuya como corredora.
Si tienes a alguien cerca, y te escucha un ratito, #mótivaleacorrer, con el tiempo te lo agradecerá.
Saludos, abrazos, besos,
María
Caballero
@MCG66Madrid
No sé que es mejor de esta entrada, el texto o los comentarios de las fotos. Cuánta razón tienes. En el fondo somos unos afortunados. Podemos canalizar la tristeza, el cansancio o la fustración que nos generan esas situaciones personales duras en un ejercicio físico. A su vez, el ejercicio nos vuelve más resitentes, más pertinaces y menos quejicas.
ResponderEliminarMe encantan tus entradas, por una cosa muy simple, porque hacen pensar.
Tienes razón... #motivaleacorrer, no se arrepentirá.