Madrid,
21 de febrero de 2016 – 9:00 horas
Desde hace un par de años no
suelo participar en muchas carreras de 10kms, he pasado de correr dos cada mes,
a tres o, como mucho, cuatro al año, aunque si la causa merece la pena no me
pienso demasiado el inscribirme a una. En esta carrera creo que era obligado
estar, dejar al menos por un día la pasividad ante las noticias que nos llegan
sobre la población siria y tratar de colaborar para aliviar un poco su
situación.
Ésta será la primera edición
de la carrera solidaria organizada por Amnistía Internacional, Asociación de
Apoyo al Pueblo Sirio (AAPS) y Acción en Red Madrid. y según detallan en la web
de “Corre por Siria”: el principal objetivo es la denuncia de las violaciones
de derechos humanos en Siria y la grave crisis humanitaria en la que se
encuentra su población. La Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio enviará material
de ayuda humanitaria (material médico, ropa, juguetes, etc.) con los fondos
obtenidos de las inscripciones.
Han pensado en todos los
públicos y se puede participar en dos distancias, de 5 y 10kms. La primera se
puede hacer igualmente caminando. El precio de la inscripción son 10€, también
se puede colaborar con el dorsal 0 y todo lo recaudado se destinará al envío de
ayuda humanitaria a Siria. El lugar que han elegido es la Plaza de Cibeles,
tanto para la salida como para la meta.
Llego sobre las ocho y
cuarto, la temperatura de la mañana es muy baja, la sensación de frío aumenta en el Paseo de Recoletos, donde no dará el sol hasta bien avanzado el día. La organización aún
está colocando los diversos puntos de la carrera: el ropero, el arco de salida,
el avituallamiento final… Descubro que no van a contar con baños, lo que supone
una gran contrariedad, he quedado con Maite Rodríguez a y media y ahora no me
da tiempo a buscar un bar. Ella, finalmente, llega antes de la hora acordada.
Tras dejar las mochilas en
el ropero decidimos calentar Paseo de Recoletos arriba y abajo. Como habrá
gente que no está muy acostumbrada a correr decidimos colocarnos lo más cerca
del arco de salida posible. Seguimos bastante heladas tras el trote y tratamos
de no enfriarnos más saltando durante la espera. Seremos unos 4.000 corredores
entre las dos distancias.
Nada más escuchar el
pistoletazo Maite y yo nos separamos, ella va a hacer la carrera bastante más
rápido. Durante los primeros metros cuesta avanzar, hay gente que ha salido
andando, otros van muy despacio, hasta alcanzar el Km1 prácticamente no cojo el ritmo.
El recorrido es bastante conocido para los corredores madrileños, al ser común a varias carreras, es la habitual subida a la Castellana y regreso en bajada.
Antes de mi Km2 vemos en el carril derecho, de
vuelta, al primer hombre de la prueba de 5kms.
En el Km3 mi temperatura corporal ya ha subido, pronto comenzaré a tener calor.
Al desviarse los corredores de los 5kms se ha despejado la zona, no es que nos
faltase espacio, pero ahora es mucho más sencillo ir adelantando. Corremos muy
callados, incluso los que van agrupados llevan charla dispersa, ni siquiera el
Santiago Bernabéu hoy saca los habituales gritos ni los piques entre unos y
otros.
Sobre mi Km3,5 aparece por el lateral izquierdo
el primer hombre de la distancia de 10kms con bastante margen sobre el segundo,
tercero…
A lo largo del recorrido,
podemos leer carteles colgados en las farolas con textos recordando derechos
fundamentales y frases apoyando a la población siria. En el Km4 he bajado el ritmo, iba metida en
mis pensamientos y me he relajado y acomodado la zancada.
Debido al frío y a la hora
no hay público a lo largo del recorrido, los ánimos que vamos recibiendo son
los de los voluntarios de la carrera.
Nos vamos acercando a las
torres de la Castellana, no alcanzo a ver el giro de regreso, aunque lo intuyo
muy próximo. En cuanto lo tomo, decido hacer el resto de la carrera lo más
rápido posible. En el Km5 dejo pasar
el avituallamiento, lo único que iba a conseguir sería tener frío de nuevo y
ahora me encuentro genial, me sobran incluso los guantes.
A partir de aquí hay muchos
corredores andando, seguramente habrían disfrutado más en la otra distancia.
Desde este kilómetro logro correr los últimos por debajo de 5m/km, de acuerdo que
es bajada, pero es la primera vez que lo puedo hacer, sin ahogarme, ni dejarme
los gemelos por el camino.
En el Km6 está animando Julián
Domínguez, durante su parón forzoso no se pierde alguna que otra carrera.
Si un compañero está ahí, pasando frío y sacándonos fotos hay que detenerse
para darle un abrazo, por muy bueno que llevemos el ritmo en ese momento.
Desde este tramo comienzo a
pasar a gente que se queda atrás, ahora somos pocos, es sencillo adelantar.
En el Km7 un numeroso grupo de voluntarios nos aplauden y nos van dando
las gracias por haber acudido a la carrera.
Y corremos, unos bastante
relajados, sin preocupación alguna por su marca; otros tratando de probarnos
qué es lo que puede aguantar nuestro cuerpo.
En el Km9 la mayoría apretamos un poco más aún, desde aquí sí hay gente
animando y eso ayuda a que las fuerzas se mantengan hasta, por fin, cruzar la
meta, de esta carrera, bastante asequible, aunque, como todas, hay que
empezarla y terminarla y el cuerpo tiene que respondernos.
La gente de la organización
nos va dando las gracias a todos los que entramos y nos recuerdan que no
dejemos de recoger nuestra botella de agua y plátano, personas muy amables y
cordiales que han logrado organizar bien esta primera edición de la carrera
“Corre por Siria.
A través de la web de
la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio (AAPS) se puede seguir a que irá
destinado lo recaudado con esta prueba.
Saludos, abrazos, besos
María
Caballero
@MCG66Madrid
Bravo campeona! Hay que dar voz a los q no pueden defenderse, gracias por ser siempre tan solidaria, eres todo un ejemplo
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